
algunos animales se inquietan, porque no hay luna, porque no hay sol, lloran, aúllan y sienten miedo... otros, como los gallos, simplemente se guardan hasta que el rey luminoso decida volver.
algo parecido hacen los esquimales, pueblo acostumbrado a reír y cantar en el mundo blanco: cuando ven que la mancha negra, que crece y devora todo lo que encuentra, avanza, se meten en sus iglús, los sellan bien y dejan que la noche mortecina pase...